Según el artículo 39 de la Ley de Patrimonio
Histórico Español 16/85 indica que cualquier obra en un monumento
histórico declarado Bien de Interés Cultural (BIC) ha de ser llevada a
cabo exclusivamente para “la conservación, consolidación y
rehabilitación y evitarán los intentos de reconstrucción, salvo cuando
se utilicen partes originales de los mismos y pueda probarse su
autenticidad. Si se añadiesen materiales o partes indispensables para su
estabilidad o mantenimiento las adiciones deberán ser reconocibles y evitar las confusiones miméticas”.
En este trozo de artículo queda claramente expuesto algo que la mayoría
de la gente no llega a entender. ¿Qué hace un astronauta en la catedral
de Salamanca?
Tal vez sea el motivo por el cual el pequeño humano
de la catedral es atacado intensivamente por vándalos o simplemente
garrulos de medio pelo que no tienen otra diversión que la de destrozar
un trozo de la historia y el patrimonio salmantinos.
Con motivo de
acoger Salamanca la exposición Las Edades del Hombre en el año 1993, se
decidió restaurar la Puerta de Ramos, muy deteriorada por el paso del
tiempo. Durante esta restauración, el astronauta fue labrado en piedra
en 1992 por el cantero Miguel Romero, siguiendo la tradición de
incorporar un elemento contemporáneo en cada restauración. Desde
entonces la pequeña reseña histórica ha sufrido todo tipo de incidentes.
El 20 de septiembre de 2010 apareció sin el brazo derecho, meses antes
en el mismo 2010 le fue destrozado el respirador del casco y la nariz… Y
así un largo etc de agresiones no solo a la parte restaurada sino a las
partes originales del conjunto catedralicio.
Cuatro días después de
la agresión contra el astronauta apareció una pintada en la fachada de
la pared del templo que da hacia la plaza de Juan XXIII, y en el que se
podía leer el nombre de una página web real, donde el autor subía sus
reflexiones (a saber sobre qué).
A parte de estos actos de
naturaleza salvaje la catedral esta herida por todas las partes donde se
mire, firmas y estúpidas fechas de amor están talladas en la noble
piedra de Villamayor en la que está construida las catedrales, por no
hablar del estado de los techos de la catedral, desde donde se pueden
ver todo tipo de desperdicios en los tejados de las naves de las
capillas.
Por estos motivos se está pensando (según me contó una de
las responsables del acceso a Ieronimus) de cerrar a las visitas ciertas
partes de las catedrales, o cobrar entrada a cualquiera de los recintos
catedralicios –catedral nueva incluida-. Según esta responsable, la
gente “se toma la catedral como parte de su paseo diario, incluso entran
con sus perros.”
Responsabilidad, respeto, saber estar, admirar
unos monumentos que están de pié desde hace siglos, o simplemente años
cuando se trata de restauraciones, pero ante todo, saber que todo eso
forma parte de un patrimonio cultural, artístico e histórico no solo de
la ciudad de Salamanca, sino de la Humanidad. Por ello mismo demos el
pequeño paso que supone el conservarlos, para que sea un gran salto en
nuestro futuro más lejano.
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